La gastronomía poblana tiene la peculiaridad de representar no solo a la ciudad o el estado, sino a México entero. Además, algunos de los platillos más conocidos de la gastronomía regional solo se pueden encontrar en épocas específicas, lo que los hace más cotizados.
El platillo más famoso es, sin duda, el mole poblano. Se origina en antiguas recetas indígenas, las cuales fueron revolucionadas por las monjas de los conventos novohispanos al añadir ingredientes europeos. De esta forma se combinan chocolate, chiles, tortillas, almendras, ajonjolí, nueces, clavo y cebolla (algunas recetas incluyen más de 30 ingredientes) para preparar esta salsa de fama mundial y orgullosamente poblana que se puede degustar durante cualquier época del año.
Otro de los platillos más representativos de puebla son los famosos chiles en nogada que está considerado internacionalmente como uno de los platillos más finos y representativos de la alta cocina mexicana, a diferencia del mole, los chiles en nogada sólo se preparan en verano por la estacionalidad de las nueces y la granada. Esa limitante los vuelve muy codiciados. El platillo más común en los locales de comida rápida son las cemitas, una especie de sandwich –o torta, como se le conoce en el centro de México- rellena con distintos ingredientes. El sabor distintivo de este manjar lo otorga el pápalo, una planta de sabor fuerte y agradable.
En cuanto a postres se refiere, Puebla cuenta con una gran riqueza: tortitas de Santa Clara, camotes, dulce de pepita, jamoncillos, gaznates y frutas cristalizadas deleitan a los comensales. El digestivo perfecto es una copita de rompope de Santa Clara.
Así que si quieres disfrutar de todos estos majares que te acabamos de platicar, te recomendamos que visites puebla, que además de su gastronomía cuenta con muchos atractivos turísticos que seguro aran de tu visita toda una aventura.